Niño de 1 año de Edad
Durante este año tu bebé te sorprenderá día a día con un aprendizaje nuevo: incorporará nuevas palabras, adquirirá mayor habilidad al caminar, comenzará a comer con cuchara, etc.
Es importante aplaudir y festejar cada logro suyo por más pequeño que parezca. No te pierdas sus sonrisas al armar su primera torre, al subir un escalón por primera vez o alcanzar un objeto que antes no podía.
En esta etapa tu bebé se comporta como un pequeño explorador con una gran necesidad de investigación de sus habilidades y también de todo lo que lo rodea. Pasar tiempo en la plaza o al aire libre lo ayudará a desgastar toda esa energía.
También comienza a interesarse más por el cuerpo y un juego muy normal a esta altura consiste en meter sus deditos en ojos, oídos y bocas ajenas. Su interés por los agujeros también se aplica a los objetos, como enchufes (¡cuidado!), rejillas, caños y cerraduras.
Ahora que tu bebé comienza a caminar, trepar y ser más independiente en su desplazamiento deberás prestar mucha atención y adaptar la casa todo lo posible para crear ambientes seguros y evitar accidentes.
A esta edad los pediatras suelen recomendar comenzar con el cepillado de dientes, pero sin pasta para evitar que el bebé se la trague. El cepillo debe ser pequeño y de cerdas suaves. Cepillar sus dientitos suavemente una vez al día, después de la cena, ayudará a ir incorporando este hábito antes de ir a dormir.
Niño de 2 años de Edad
En esta etapa a los niños les gusta mirar libros de cuentos y revistas. Así enriquecen su vocabulario al preguntar por el significado de las imágenes. También les gusta jugar con las palabras.
Los cuentos, leídos o contados -históricamente de gran atracción para los chicos- no sólo les ayudan a aprender y enriquecer el lenguaje, sino también desarrollan el interés de los niños por la palabra escrita.
El niño desarrolla su capacidad de jugar solo y con amigos. Aprende a vestirse, bañarse, manejar los cubiertos, andar en triciclo o equivalentes. Aprende a dialogar y a dibujar. Es decir, va adquiriendo la capacidad de valerse por sí mismo, esa capacidad que tanto se necesita en la vida adulta y que se construye poco a poco. Este es un camino gradual y progresivo: se adquieren nuevas habilidades, a medida que se van afianzando las anteriores. Todo este camino precisa de un marco de afecto, estímulo y comprensión que la familia debe brindar.
Niño de 3 años de Edad
La afirmación de su personalidad está en pleno proceso, así como su deseo de diferenciarse del adulto… Si bien es un proceso normal y deseable, a veces la convivencia con un pequeño para quien todo pasa por su punto de vista –“Todo es mío y todo es como yo quiero”-, a quien le resulta imposible ponerse en el lugar del otro –por el natural egocentrismo de esta etapa- y que, además, como ve que empieza a poder hacer algunas cosas solo, cree que puede todo… se hace un poco difícil.
Este deseo de independencia que los lleva a querer hacer muchas cosas solos, a veces choca con la realidad y descubren, con frustración, que todavía no pueden con todo… lo que habitualmente genera grandes enojos en los chicos de esta edad.
Por eso la importancia de los límites como marco de contención, para que entiendan que hay cosas que pueden ser peligrosas y que no van a tener permiso para hacerlas o que si estamos en invierno se van a tener que poner la campera para salir… aunque ellos consideren que no es en absoluto necesario.
Mientras tanto, aunque se sientan “grandes”, siguen siendo los pequeñitos que nos piden que les leamos una y otra vez el mismo cuento o que quieren ver por enésima vez el mismo DVD, porque encuentran un enorme placer al poder anticipar lo que vendrá y seguir una historia que ya conocen. Como padres, tenemos que permitirles hartarse de escuchar y de ver sus historias preferidas… ¡y seguir ofreciéndoles nuevas!
Por otro lado, si ya dejó los pañales, puede tener algún “accidente” durante el día o la noche y esto es absolutamente normal, no hay que retarlos. Incluso, hay chicos que una vez que lograron el control de esfínteres diurno, necesitan usar los pañales a la noche un tiempo más hasta afianzar el control nocturno.
Niño de 4 años de Edad
En esta etapa el niño multiplica y potencia sus posibilidades motoras, cognitivas, linguísticas, sociales y juega con todas ellas. El control progresivo del equilibrio y el dominio de los movimientos de su cuerpo, hacen que el niño disfrute corriendo, saltando, trepando, arrastrándose, girando, bailando, etc. Se divierte enormemente con canciones, rimas, poesías, trabalenguas, adivinanzas, etc.
Le gustan los juegos que le permiten reconocer, y aparear colores, formas, tamaños. Las letras y los números comienzan a interesarlo pues el niño los descubre en su mundo familiar y social empezando a construir muchas hipótesis en relación a estos dos objetos de conocimiento.
Podríamos considerar a esta etapa como la del apogeo del «juego simbólico». Es el tiempo en el que los niños comenzarán a armar juegos de roles que les permitan comprender mejor y elaborar lo que les sucede emocional y cognitivamente a partir de sus experiencias en el encuentro con los otros y con el mundo. Este juego irá cobrando en el tiempo distintos matices. En un principio los niños comenzarán compartiendo un mismo escenario de juego en el que cada uno jugará a ser «algún otro»: un animal, el personaje de un cuento, un miembro de la familia, un dibujito de la tele.
No sólo representarán los personajes corporalmente sino que también los harán hablar; pero quien ocupe el lugar de espectador podrá dar cuenta de que el libreto está muy descoordinado aún y que los niños plantean verdaderos «monólogos colectivos».
En esta etapa, el niño avanza en el conocimiento de su cuerpo centrando su curiosidad en las diferencias sexuales y el juego lo pone de manifiesto. Jugar a la mamá, al papá, a los hijos, a los novios, a los casados, es una constante.
A esta edad ya puede lavarse los dientes solo, aunque se recomienda ayudarlo o darle una repasada luego de que lo haya hecho solito hasta que aprenda a cepillarse correctamente (algo que sucede en unos años).
Si quiere prepararse el desayuno solo, por ejemplo servirse un plato de cereal con leche, podés facilitárselo dejando a su alcance recipientes pequeños con los ingredientes.
Niño de 5 años de Edad
En esta etapa podemos observar que el niño tiene un vocabulario extenso y forma oraciones completas.
- Se expresa en pasado y en futuro.
- Cuenta historias e inventa situaciones. Realiza juegos de palabras (chistes y absurdos verbales).
A los 5 años el niño reconoce las letras del alfabeto, escribe su nombre y puede copiar otras palabras.
Malas palabras:
Los niños se encuentran en el momento de máximo desarrollo del lenguaje, y el vocabulario que utilizan tiende a multiplicarse a una velocidad asombrosa. Les encanta aprender palabras nuevas y les llama la atención aquéllas que expresan enfado o énfasis. A partir de los 4 y 5 años empiezan a parecerles graciosas las palabras y las conductas escatológicas y/o aquellas que tienen que ver con el descubrimiento del propio cuerpo y sus actividades fisiológicas. Son palabras que acostumbran a tener un doble sentido, que no se dicen con la naturalidad con que se expresan otros términos, y que muchas veces se intentan suavizar Estos términos (caca, culo, pedo, pis) les resultan divertidos, crean complicidad entre ellos y les provoca risa el mero hecho de decirlos.
En cuanto a los términos malsonantes que no tienen que ver con la fisiología del cuerpo, nuestros hijos acostumbran a escoger las palabras que oyen más a menudo y las que más llaman su atención.
Es posible que el niño utilice estos términos para: Imitar a los adultos y demostrar que ya es mayor, manifestar su enojo, llamar la atención o simplemente divertirse por curiosidad.
Algunos niños pierden sus primeros dientes a los 5 años.
Niño de 6 años de Edad
Debes prestar atencion la alimentacion en los ecolares
Es importante en cada etapa del crecimiento de nuestros hijos transmitirles hábitos de alimentación saludables. La primera comida del día debería ser el desayuno.
Asistir a clase con el estomago vacío no es bueno, ya que ésto puede ser motivo de dolores de cabeza matutinos, mareos e incluso desvanecimientos. Los chicos antes de ir al colegio, deben beber alguna infusión azucarada, o leche con chocolate, o leche con cereales. En fin, algo que en el transcurso de la mañana les de energía.
Con respecto al acompañamiento de lo bebible seria bueno que coman algo: tostadas o algunas galletitas.
Es importante mencionar que hay chicos que el comer temprano (de mañana) les produce nauseas o simplemente no tienen apetito. En esos casos es aconsejable que lleven unas galletitas o alguna fruta para ingerir.
En esta etapa el niño comienza a interesarse por un juego que se llama «juego de reglas» o «juego social». También es muy común observar que los niños juegan, por ejemplo, a saltar sólo porque les gusta o bien a representar escenas dramáticas. Pero el juego de reglas cobra ímpetu debido a la construcción que el niño hace en esta etapa respecto de lo «prohibido y lo permitido». Aparece una amplia gama de juegos tales como las carreras, el poli-ladron, los juegos de mesa… El éxito de estos juegos depende de cómo todos se han ceñido a las reglas. Aparece también el interés por los deportes, ya que éstos dan a los niños dos posibilidades: organizar un juego en relación a un conjunto de normas socialmente consensuadas y al mismo tiempo, poner a prueba la fuerza y la habilidad corporal que tienen en este período y que vuelve a ocupar un lugar de interés para los niños. Los padres pueden estimular a sus hijos para su participación en alguna actividad deportiva siempre y cuando el niño también lo desee.
Niño de 7 años de Edad
Los siete años es la edad ideal para iniciarse en un deporte; y ya no hablamos de juegos pre-deportivos sino de la participación en un deporte real. En este sentido, es importante tener en cuenta que el deporte debe ser elegido por el niño y que nunca debe ser obligado a realizarlo –mucho menos castigado o retado por un resultado negativo en un partido- .
Sus progresos a nivel físico son notables: puede correr rápido y frenar o girar bruscamente sin caerse. La coordinación ojo-mano está muy avanzada.
Puede arrojar y patear una pelota con gran precisión y ya adquirió un gran equilibrio que muestra al andar en su bicicleta sin rueditas. Si todavía las usa, es importante saber que la dificultad para dejarlas puede tener que ver con un temor de los padres o del mismo niño. En este último caso, hay que ayudarlo a superarlo porque sin duda ya está más que en condiciones de hacerlo. Lo mismo sucede con los cordones: si todavía no se los ata solo… hay que lograrlo lo antes posible.
En relación a la autonomía, también es muy importante que los adultos no hagan todo por el niño y que aprenda, a través de la propia vivencia, que todas las acciones tienen consecuencias. Por ejemplo, si el domingo a la noche se acuerda de que debía hacer una tarea para la escuela, es mejor dejarlo que tenga que decirle a la maestra que se olvidó de hacerla antes que ponerse a buscar revistas para recortar y tratar de solucionarle el problema quedándose hasta tarde –además de que seguramente esto se hará en medio de un clima tenso, con retos de por medio-. De la primera manera, lo más probable es que no vuelva a olvidarse y lo responsabilizará por su falta. De la segunda, el niño aprenderá que siempre habrá alguien que lo cubra y no desarrollará un sentimiento de responsabilidad.
Niño de 8 años de Edad
El niño de 8 años se comporta de forma más independiente y se relaciona con diferentes personas de su grupo, mostrándose más flexible en su conducta social. Se siente más seguro de sí, y ello le hace acercarse con más seguridad, deseando para sí mismo un trato de mayor proximidad al mundo adulto. Tiende a expresarse verbalmente con gran facilidad. Colabora y participa más en las tareas de casa, por lo que es un buen momento para asignarle tareas que pueda desarrollar sin problema, y que le hagan sentirse útil. La participación es algo muy intenso en este período, por lo que debe ser signo de alerta y motivo de consulta el que un niño de esta edad no participe en las actividades sociales o se aísle por miedo.
El niño de esta edad se inicia en el concepto de la «relatividad» de las cosas, siendo capaz de contemplar una situación desde distintos puntos de vista. Asimismo, desarrolla su razonamiento lógico, lo que le lleva a intervenir y discutir más sobre las explicaciones de los adultos. Va desarrollando así su espíritu crítico. Va desarrollando cada vez más la responsabilidad por sus actos, lo cual hace que se desarrolle un menor número de situaciones conflictivas. Los niveles de madurez, las experiencias y las condiciones familiares marcan las variaciones individuales que es posible apreciar en los niños de esta edad.
Muestra gran interés por todos los fenómenos de la naturaleza, lo que debe ser aprovechado al máximo para hacerle avanzar en sus aprendizajes y en el conocimiento del mundo que le rodea. Se interesa, asimismo, por la información de tipo sexual. Puede probar con distintas acrobacias físicas como un modo de mostrar sus habilidades. Por esto es necesario educarle en la prudencia y en la autoprotección para así evitar peligros innecesarios. Es un muy buen momento para insistir en la práctica de algún deporte, lo que le ayudaría a descargar su exceso de energía, beneficiando su equilibrio y el control de sí mismo.
Niño de 9 años de Edad
Los niños de esta edad se comparan constantemente con los demás para autoanalizarse y valorar su aceptación social. En esta edad ellos van configurando su personalidad, por lo que se pueden notar con claridad sus cualidades y actitudes. Muestran entusiasmo por las cosas y una gran cantidad de energía física, lo que hace aconsejable la práctica de algún deporte que facilite la descarga y el autodominio. Suelen comer bien, por lo que el rechazo o la voracidad hacia la comida tiene más bien un significado afectivo, como oposición a los padres. A veces, el conflicto viene de muy lejos, de los primeros años de infancia.
En este período la autoridad de los padres deja su protagonismo para dejar espacio a la propia autoridad interna del niño, que cada vez le irá guiando más en sus acciones. Necesita decidir por sí mismo cómo actuar y no le gusta que sus padres reaccionen con autoridad excesiva. En cuanto al desarrollo de su inteligencia, presenta importantes avances:
- sabe contar sin utilizar los dedos.
- soluciona problemas matemáticos en los que se combinan diferentes operaciones.
- comprende la relación causa-efecto.
- es capaz de razonar, analizar y extraer conclusiones, aunque sobre hechos o cosas concretas, pues aún no puede hacerlo en abstracto.
Su memoria visual está más desarrollada que la auditiva, por lo que retener información oral le cuesta más que retener la información que ve escrita.
Los padres deben procurar que el niño mantenga interés por todas las materias escolares y apoyarle en aquellas en las que presente mayores dificultades. Esto ayudará a disminuir o evitar el fracaso escolar y a mantener su interés por aprender cosas nuevas. Si se observa un cambio negativo en un niño que siempre ha sido exitoso en el ámbito escolar, se debe intervenir inmediatamente a través de un psicólogo infantil que pueda analizar e intervenir, ya que esta situación podría condicionar el resto de su vida escolar.
A esta edad, las niñas suelen ser mucho más maduras que los niños, y dedican casi el mismo tiempo a hablar que a jugar. Se fijan mucho en la ropa que visten, y es el período en que aparece la llamada “amiga íntima”. Los niños, en cambio, corren sin parar, hacen rabiar a los grupos de niñas y prefieren los grupos pequeños a las parejas en lo que a juegos se refiere.
Niño de 10 años de Edad
Los niños de 10 años empiezan a tomar conciencia de que están dejando de ser niños. Si bien su cerebro aún piensa como niño, el físico de un niño de diez u once años ya dejará de ser el de un niño para pasar a ser, poco a poco, el de un adulto. De allí que entre las características, producto de estos grandes cambios, a menudo se encuentre cierta torpeza.
Los niños de 10 años atraviesan una etapa en la que cognitivamente, ya están entrando en la etapa llamada de las operaciones formales, por parte de Jean Piaget. El niño comienza a realizar operaciones y conceptos de mayor complejidad.
A nivel emocional o afectivo, comienza la etapa genital del desarrollo psicosexual, con lo cual se ingresa a la adolescencia. El grupo de pares comienza a jugar un rol muy importante y los procesos identificatorios comienzan a operar de forma pronunciada.
Comienza la adolecencia.